ARROYO EL PANDO - Monte Vera -
Provincia de SANTA FE
Domingo 11 de Enero de 2009
Maximiliano y Sebastiàn Lovera
A modo de presentación de un año que promete mucho en materia de aventuras por los arroyos santafesinos y por que no de lugares vecinos, este segundo domingo de 2009, junto a mi hermano Maxi conocimos un lugar único muy cerquita de nuestra ciudad.
Realmente fue toda una sorpresa, ya que el lugar se mostraba tan agreste, por su caudal y árboles reverdecidos en medio de su cauce, que ni por asomo creímos estar en Santa Fe.
Fue así que arrancamos bien temprano hacia la localidad de Monta Vera, precisamente a la zona de la costa, al norte de nuestra ciudad, y luego de unos cuantos kilómetros (já, desde la puerta de mi casa, algo así como 25), cerca de las 7:00 hs. dejábamos el mate de lado, ya que la “Na Yapé” -- vocablo toba que significa “...a mis Abuelos”, nombre de nuestra hermosa piragua --, se encontraba en el rìo lista para zarpar , con cañas de pesca y machete incluidos. Con una luna gigante alumbrando nuestro perfil izquierdo y con unas ganas de locos, comenzamos a remar rìo arriba, despacio, tiempo tenìamos de sobra…
Un poco de brisa fresca obligaba a un abrigo que no encontraba, pero al calentar motores èste airecito fue necesario. Despuès de una hora de remo constante nos acercamos a un sauzalito sobre la costa, segunda ronda de mate y a realizar los primeros lances con un lindo tripero de gallina como carnada, unos minutos despuès el tacho comenzaba a sumar peces para la posterior fritanga, algunas fotos del lugar y a calzarse los chalecos de nuevo.
De arribada por el Leyes, pasando el arroyo Las Correntadas, dimos media vuelta a la que denominan Isla Redonda y nos ubicamos en la confluencia de la Laguna de Leyes y el “desague” de nuestro destino: Arroyo El Pando.
Lògico que antes de remontarlo desembarcamos a probar el pique, pero lo que picaba era el sol… ahì nomàs, gorro, protector y agua fresca.
Algo muy bueno para destacar es la cantidad de aves en la zona, no sòlo el nùmero sino la variedad de especies, a saber, tuyangos sobre la costa cazando mojarras, gallaretas alborotadas en las lagunas, bandadas de sirirìes pampas, siete flamencos de un color fuertìsimo que pasaron arriba nuestro, gansos blancos y un montòn de aves pequeñas, cardenales rojos, negruchos, algunos dominò criollos, en fin, es bueno saber que hay vida en la zona.
Ok, volviendo al relato, ya tenìamos todo listo, juntamos fuerzas y encaramos el arroyo del que tanto habia oìdo hablar, pero nunca imagine que El Pando nos regalaria tanta belleza. Desde que ingresamos a su desembocadura nos atacò con una corriente que dejaba ver su fuerte caudal. Para ser franco, no he recorrido demasiados lugares como los que quisiera, pero en lo que respecta a Santa Fe y alrededores, creo que èste lugar es ùnico. Resumiendo, en un kilometro de longitud y no màs ancho que otro pequeño arroyo, se observan àrboles semihundidos en medio de su cauce, algunos secos y otros reverdecidos, cubiertos de enredaderas que engrandecìan el paisaje ya que algunos formaban galerìas que nos obligaban a pasar entre èstos y las firmes barrancas que por efecto de la bajante su altura es de màs de dos metros. Remansos que llevaban la proa del barquito en todas direcciones, pero lo màs espectacular de todo fue escuchar el sonido de infinidad de aves que rompìan el silencio de tal manera que recordàbamos cuando de chicos acompañabamos a nuestro abuelo Juan Gimeno al norte de Santa Fe, hasta los montes de localidades como Cacique Aracaiquìn o La Brava en busca de alguna viscacha o liebre y porque no algùn ocasional guazuncho.
Sin dejar de sorprendernos a cada rinconcito que miràsemos, llegamos hasta el inicio del Pando, o sea, la divisiòn con el Arroyo Leyes. Cruzamos de orilla para descansar un rato del sol debajo de un lindo sauzal, ya pasàbamos el medio dìa y apurè el fueguito para los choris mientras Maximiliano preparaba al picasina… màs pesca, màs fotos al lugar y una siesta que no fuè, querìamos aprovechar el domingo a full. Alrededor de las tres de la tarde levantamos el campamento con la intenciòn de recorrer un poco màs, pero cruzando el arroyo, “a la vuelta de la esquina”, encontramos una playita de locura, cuando vean las fotitos se daràn cuenta de que es un lugar soñado, làstima que cuando el rìo crezca un poco, seguro quedarà bajo el agua, pero nosotros la aprovechamos sin lugar a dudas.
Un rato de zambullidas, otro rato de buena pesca, porque en un ratito sacamos un par de amarillos y un lindo patì de casi… y… dàle tres kilos, otro que se enganchò en unas ramas y nada màs, pero la fritanga ya estaba asegurada.
Lamentablemente, en algùn momento nos tenìamos que volver y como ya estaba oscureciendo, emprendimos el regreso a casa, pero con las ganas de volver cuanto antes, asì que ya saben, avìsen cuando quieran, que lo recorremos de nuevo.
Espero haber logrado trasnmitir en èstas lìneas lo que realmente sentimos en ese pequeño paraìso denominado Arroyo El Pando, y poder afianzarnos un poco màs con la naturaleza que nos rodea para conocerla, admirarla y sobre todo respetarla, para que nuestros hijos tengan la oportunidad de disfrutar tanto como nosotros èste regalo de Dios.-
Desde Santa Fe, mi Provincia.
Sebastiàn Lovera
4 comentarios:
Gracias Andres por publicar las fotos y el relato de este lindo momento vivido, le arrancamos un par de lagrimones mezcla de felicidad y nostalgia a mis viejos... y ya sabes, cuando quieran y puedan , nos vamos de nuevo.
Saludos y gracias de nuevo.
Seba de Santa Fe.-
hola andres, cual soso vos en las fotos, me gustaria conocerte, soy de paraná y hago piragua.
saludos
moni
En esta salida yo no estoy, la hicieron dos amigazos de Santa Fe,
En el video de la salida del 1 de febrero, la que nos amargo la lluvia soy el del kayak y salvavidas rojo.
Gracias.
Chauuuu
Moni
Si queres contactarte conmigo podes escribirme a andres@turismoenkayak.com.ar
Chauuu
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